Salud
23 de septiembre de 2025 | 14:15Estudio alerta sobre efectos del Covid-19 en salud mental y empleo en Chile
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 49 díasMás de la mitad de la población encuestada reportó malestar psicológico moderado o severo durante la pandemia, según investigación internacional.
Un estudio realizado en Chile evidenció que la pandemia de Covid-19 no solo impactó la salud física, sino también la estabilidad laboral y emocional de la población. La investigación, titulada Relationship between employment changes and psychosocial discomfort during the COVID-19 pandemic, analizó a 784 personas mayores de 18 años durante 2020 y mostró que el 55 por ciento reportó malestar psicológico moderado o severo.
Los grupos más afectados fueron los jóvenes y las personas de menores ingresos. María Soledad Burrone, académica del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de O’Higgins y coautora principal del estudio, señaló que “la reducción de ingresos familiares no es solo un dato económico, sino una manifestación de inequidades estructurales que se expresan directamente en la salud mental de las comunidades más vulnerables”.
La investigación, desarrollada junto a especialistas de Argentina y la Universidad de Concepción, reveló que un 52 por ciento de los encuestados realizó teletrabajo, un 41 por ciento redujo sus horas laborales y un 57 por ciento vio disminuir sus ingresos. Para Burrone, “las crisis sanitarias operan como amplificadores de desigualdades preexistentes, afectando de manera diferencial a mujeres, jóvenes y grupos socioeconómicamente vulnerables, lo que evidencia la necesidad de enfoques interseccionales en salud pública”.
El estudio también mostró que las mujeres asumieron una sobrecarga significativa de trabajo no remunerado, dedicando más horas que los hombres a tareas domésticas, cuidado de personas y acompañamiento escolar. María Teresa Solís, académica de la UOH y coautora de la investigación, advirtió que “las mujeres asumieron durante la pandemia un volumen de tareas no remuneradas mucho mayor, lo que puede tener efectos en su salud mental a mediano y largo plazo”.
El análisis encontró que dedicar entre 16 y 45 horas semanales a estas tareas podría actuar como un factor protector, reforzando rutinas familiares, aunque este beneficio desaparece al superar las 45 horas. Según Solís, “es clave implementar estrategias de protección de la salud mental en crisis sanitarias que consideren los cambios laborales y económicos, así como la distribución del trabajo no remunerado”.
El estudio concluye que la combinación de reducción de ingresos, sobrecarga de tareas y menor acceso al teletrabajo tuvo un impacto desproporcionado en mujeres y jóvenes. Burrone enfatizó que “nuestros hallazgos confirman que no podemos abordar la salud mental sin transformar las condiciones estructurales que generan vulnerabilidad. Necesitamos políticas que reconozcan esta interconexión y actúen en consecuencia”.
Además de Burrone y Solís, en la investigación participaron Armando Basagoitia, Luna Rojas, Paulina Valenzuela, Catalina Barrientos, Fabiola Molina, Daniela Valdés, Silvina Arrosi, Silvina Ramos, Paulina Rincón y Loreto Villagrán.
